Yugoslavia campeón del mundo 1990

Mediaba la década del 80’ cuando en Yugoslavia comenzaban a surgir figuras que iban a dar que hablar en el concierto basquetbolístico mundial. Vlade Divac, Drazen Petrovic, Tony Kukoc, Zarko Paspalj, Dino Rajda, Zeljko Obradovic, entre otros, comenzaban a gestar una selección que comenzaría a volverse imbatible.

Su gran debut fue en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, donde enfrentaron en la final a la Unión Soviética (que venía de eliminar a los Estados Unidos en la semifinal), cayendo derrotados por 76 a 63, debiendo conformarse con la Medalla de Plata pero dejando la sensación de que Yugoslavia no iba a quedar ahí.

Al año siguiente, 1989, Zagreb organizaba el Campeonato Europeo de selecciones y la selección yugoslava se quedaba con la Medalla de Oro, dando la que posiblemente fue la lección de básquetbol más contundente de un torneo europeo de este nivel. Yugoslavia se consagraba campeón luego de cinco victorias aplastantes: a Grecia 103 a 68, Bulgaria 98 a 78, Francia 106 a 89, Italia 97 a 80 y nuevamente a Grecia en la final 98 a 77.

El rendimiento de la selección, le valía a Divac su pasaje a Los Ángeles Lakers en el mismo 1989 y a Petrovic, que había sido elegido en el Draft de 1986 por Portland Trail Blazers, la llegada definitiva a la NBA.

De esta forma, el 8 de agosto de 1990, la ciudad de Santa Fe (Argentina), recibía el debut en el mundial de una selección yugoslava, que llegaba en su mejor momento y en busca de la hazaña. Enfrente estaba Venezuela, con Víctor David Díaz, Carl Herrera y Sam Shepperd como figuras, pero la victoria terminó siendo Yugoslava por 92 a 84, con 27 puntos de Kukoc, 20 de Petrovic y 11 de Divac.

Al debut le sucedieron la victoria ante Angola 92-79, nuevamente con 20 puntos de Petrovic y la derrota ante Puerto Rico (única del torneo) por 82 a 75, en un partido que terminó siendo un duelo entre Petrovic por el lado de los yugoslavos y José “Piculín” Ortiz en filas boricuas, ambos goleadores del juego con 23 puntos.

De esta forma, Puerto Rico terminaba el grupo en primer lugar con 3 victorias en tres presentaciones y en segundo lugar Yugoslavia con 2 y 1, lo que hacía a los europeos participar en segunda fase del grupo integrado por Brasil, la Unión Soviética y Grecia.

El debut en la segunda fase enfrentaba a Yugoslavia frente a la selección brasilera de Oscar Schmidt (que terminaría siendo el goleador del torneo), quien pese a anotar 34 puntos en ese juego, no pudo impedir una victoria holgada de los yugoslavos que lentamente comenzaban a mostrar su mejor básquetbol y terminaban imponiéndose 105 a 86, con 27 puntos de Petrovic, 20 de Kukoc, 19 de Paspalj, 14 de Divac y un nivel de juego superlativo.

El segundo partido del grupo, pintaba ser el que daría la real medida. El rival de turno era la Unión Soviética que dos años antes le había ganado con total merecimiento el oro olímpico. Y la victoria fue contundente a favor que los yugoslavos que, esa noche liderados por Toni Kukoc con 21 puntos y con un segundo tiempo brillante (58-40), se quedaban con la victoria 100 a 77. Pese a rendimientos magros de Petrovic y Divac, ambos con 8 puntos, Kukoc, Paspalj (17), Perasovic (12), daban muestras de que el mundo estaba en presencia de un gran equipo.

La serie se cerró con victoria ante Grecia 77 a 67, lo cual le valía a Yugoslavia el primer puesto en el grupo y la clasificación a semifinales donde debería enfrentar a Estados Unidos. En la otra serie, se enfrentaban Unión Soviética y Puerto Rico.

Había que enfrentarse a figuras como Christian Laettner, Kenneth Anderson o Alonzo Mourning. Pero los norteamericanos tenían que enfrentarse a otras figuras de gran porte, como Petrovic, Kukoc, Paspalj y Zavic que tras convertir 31, 19, 15 y 14 respectivamente, le daban la victoria a los europeos por 99 a 91, clasificando así a la final, conquistando al público del mundo y sobre todo al local y, ahora sí, prontos para la verdadera revancha con la URSS.

El 19 de agosto de 1990, en el Luna Park, soviéticos y yugoslavos se enfrentaban en la final y la victoria sería para los yugoslavos que, luego de un primer tiempo en el que fueron totalmente superiores y que terminaron ganando 52 a 34, administrarían diferencias para quedarse con la victoria por 92 a 75 y ubicarse en la cima del básquetbol mundial. El quinteto inicial de Yugoslavia estaba integrado por Jure Zdovc, Drazen Petrovic, Toni Kukoc, Zarko Paspalj y Vlade Divac. Con 20 puntos de Paspalj, 18 de Petrovic, 14 de Kukoc, Yugoslavia cerraba con la Medalla de Oro un campeonato del mundo en el que disputó 8 partidos cosechando 7 victorias y 1 derrota, con 732 puntos a favor (91.5 prom.) y 641 en contra (80.1 prom.).

En materia individual su goleador fue Drazen Petrovic con 18.4 puntos por juego y un 72% de efectividad, seguido por Kukoc con 16.5 puntos de promedio y 82.4% en porcentajes de acierto.

Un equipo que promediaba 24 años de edad, que en tres años consecutivos se quedaba con una plata olímpica, un oro europeo y un oro a nivel mundial, pero que no pudo continuar haciendo historia debido a las divisiones políticas internas. Siempre quedará la duda de hasta donde pudo haber llegado, de no mediar esos inconvenientes, una selección yugoslava que daba señales de estar recién en el comienzo del camino y a la que se podrían haber Dino Rajda, que se perdió el mundial por lesión y dos valores emergentes como en su momento lo eran Predrag Danilovic y Aleksandar Djorkjevic.

Sin duda y cuando menos, la siguiente final de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 podría haber tenido a dos Dream Teams en cancha y no sólo a uno.

 

Néstor Barrosa

 

 


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